NabiKon llegó a mí en un sueño, como muchas de las revelaciones que marcan mi camino. Primero fueron solo dos palabras: Nabi y Kon. Con el tiempo descubrí que unían símbolos que siempre me han acompañado: la mariposa como transformación, el viento y la lluvia como renovación, y el profeta como quien recuerda lo sagrado.
Así entendí que NabiKon no era un nombre cualquiera, sino una energía que me eligió para darle forma. Hoy es parte de mi arte, del Oráculo 12:22 y de todo lo que comparto como guía para regresar al Ser Verdadero.